HOY IMPORTA

Editorial

[HOY IMPORTA]

Paulina

Mientras el país, acuciado por la degradación de sus valores sociales y culturales, está atravesando quizá el período más crítico de su historia en ese aspecto -sobre todo por lo que es el contraste entre lo que fue antes y es hoy- el suceso de la intervención quirúrgica de Paulina, la niña de dos años oriunda de Libertad, protagonizado por el cirujano pediátrico mejicano Alberto Peña, es un golpe de fresco que remueve la esperanza de que ni aquí ni el el mundo está todo perdido.

Importa destacar el acto médico de humanidad y abnegación del profesional, especialista en la técnica quirúrgica a aplicar a la deformación anorectal que sufría la criatura. Destacar que sólo pretendió que se costearan los gastos de su traslado, caros, pero renunciando a los honorarios, es relevante, pero poca cosa frente al resultado exitoso de la intervención, y a su expresión de ternura cuando lo anunció.

Importa la solidaridad de la gente en reunir por medio de una colecta los fondos necesarios para posibilitar la presencia del especialista, que da realce al mérito de una sociedad que a pesar de todo no ha perdido su escala de valores.

Y que cuando es requerida para causas como la presente, que van mucho más allá de un acto de caridad, responde generosamente.

Cabe dar también la gran trascendencia que tiene el efecto docente de esta intervención quirúrgica realizada en el Sanatorio Americano, que duró cinco horas y fue televisada ante decenas de médicos pediatras, urólogos, y otros especialistas, como la asistencia que prestaron en todo momento los Dres Luis Benedetti y Gabriel Gannini, médicos del BPS que atendían a la menor desde que se le manifestó su problema.

El tratamiento de la pequeña Paulina deberá continuar con secuelas que son consecuencia natural de su deformación inicial, pero el haber corregido ésta era el paso fundamental para que en poco tiempo, la recuperación sea total.

En medio de tantas malas noticias que se dan todos los días, ésta reconforta el ánimo de todos.

Entonces importa, es claro que importa, pero importa para estar contentos.

El País Digital