sábado, 13 de junio de 2009

COMO VAMOS PARA LAS INTERNAS: Fuente Diario EL PAIS - URUGUAY

Nacional
El candidato pesa más que el programa para decidir el voto en junio
Encuestas. Se confirman liderazgos, pero no se refleja aún el tramo más intenso de la campaña
MARÍA FERNANDA BOIDI
La opción partidaria marca en qué partido votar en junio. Los programas no son siempre conocidos y, en muchos casos, las diferencias dentro de un mismo partido son de matices. Para los electores, entonces, pesa mucho la figura del candidato.
No hay una única causa que explique el comportamiento electoral de los ciudadanos. Sí se sabe que hay ciertos factores, como la identificación partidaria, que tienen bastante peso a la hora de la definición del voto. Sin embargo, no todos los ciudadanos se sienten de un partido político (en Uruguay aproximadamente la mitad de los electores declara simpatías de este tipo), por lo que es necesario buscar otros motivadores como explicación. En el contexto de una elección interna, además, la identidad partidaria no esclarece demasiado: pauta en qué partido votar, pero no por cuál candidato. Entonces, quedan al menos dos aspectos que los ciudadanos evalúan a la hora de emitir su voto: las ideas y las personas, o lo que es lo mismo, los programas y los candidatos.
Ideas. Alcanzar la diferenciación programática no es del todo fácil entre candidatos de un mismo partido, que se supone comparten una visión común respecto de hacia dónde debe ir el país. En algunos casos, como sucede en el Frente Amplio, esta visión común se refleja en un programa único de gobierno. Esto envía a los electores una señal de unidad y transmite confianza en la visión de partido, lo que tiende a igualar a los contendores en este plano. Sin embargo, los candidatos pueden encontrar la forma de diferenciarse, como lo han hecho los frenteamplistas. El objetivo común es la profundización de la acción del gobierno de Tabaré Vázquez, y así está definido en el programa. Pero mientras la profundización según Danilo Astori implica la continuidad de la línea del actual gobierno, José Mujica la interpreta como un movimiento más hacia la izquierda.
En los demás partidos con competencia interna no hay un programa único, lo que da más flexibilidad a los precandidatos a la hora de presentar propuestas propias. Sin embargo, tampoco en estos casos el margen de acción es ilimitado: los candidatos no pueden alejarse de los ideales partidarios a la hora de las propuestas.
Personas. La imposibilidad de apelar a la identificación partidaria (que se asume compartida por la mayoría de los que votan en la interna de un mismo partido), y los acotados márgenes de acción para la diferenciación programática, hacen que la atención en las internas se centre en las personas. En esta instancia importan las cualidades de los candidatos más que en cualquier otra. Ellos lo saben y lo hacen pesar en sus estrategias de comunicación, destacando aspectos asociados a la personalidad y trayectoria de cada uno.
Evaluar candidatos es más fácil que evaluar programas; para evaluar a los candidatos no es preciso leer concienzudamente las propuestas lo que, de algún modo, simplifica la decisión del elector. De hecho, gran parte de la capacidad para atraer o alejar votantes tiene más relación con las emociones y sensaciones que despiertan los candidatos que con aspectos de corte racional. En una contienda con candidatos de perfiles tan distintos, su capacidad para destacar los aspectos de su personalidad que apelen al electorado más amplio parece ser una de las claves para la victoria.
Últimas tendencias. Esta semana se conocieron las nuevas encuestas de Cifra y Factum, ambas realizadas a principios de junio. En líneas generales, los resultados confirman las tendencias observadas durante las últimas semanas, aunque con algunos matices.
En el Frente Amplio, Mujica sigue firme en punta, con el 59% de las adhesiones según Cifra, y entre 49% y 52% según Factum. Al igual que en ocasiones anteriores, en los gráficos se resumen los escenarios de mínima y máxima que presenta Factum, calculando el promedio entre ellos. Entonces, la intención de voto a Mujica según Factum es de 51 (promedio de 49 y 52).
Si bien la ventaja de Mujica sobre Astori cae de 24 a 20 puntos según el promedio de la EdE, su liderazgo en la interna frentista no se ve amenazado. El promedio de la EdE para los candidatos frentistas, sin embargo, esconde diferencias importantes entre las encuestadoras. Mientras que la ventaja de Mujica sobre Astori es de 28 puntos para Cifra, para Factum es de menos de la mitad (13 puntos). Es probable que diferencias en la metodología y en las preguntas formuladas, y el margen de error siempre presente en submuestras más pequeñas (como son las de los que piensan votar en la interna de cada partido) expliquen esta divergencia.
Entre los colorados, Bordaberry lidera cómodamente con el 73% según el promedio de la EdE. La intención de voto a Hierro se encuentra en la mitad de lo que era dos meses atrás (11% según la EdE), casi igualado ahora con Amorín, que recibe el 10% de las adhesiones.
En el Partido Nacional la competencia sigue pareja, aunque también hay diferencias según las encuestadoras. La ventaja de Lacalle sobre Larrañaga es de 15 puntos en el promedio de los escenarios de Factum, pero sólo de 7 según Cifra; la diferencia según la EdE es de 11. A raíz de estas importantes diferencias, y teniendo en cuenta los relativamente elevados márgenes de error que afectan a los datos al interior de los partidos, no es posible aventurar quién triunfará en la interna nacionalista. Es necesario esperar el desarrollo de estas últimas semanas de campaña, así como nuevas encuestas.
Los ministros pueden hacer campaña
Días atrás, el tono y lenguaje empleados en un acto partidario por la entonces ministra del Interior Daisy Tourné desencadenaron su renuncia. Este episodio avivó la discusión sobre el rol de los secretarios de estado en las campañas políticas.
¿Podía Tourné hacer campaña por Danilo Astori? La respuesta es un inequívoco sí, al menos si nos apegamos a lo que dice la Constitución. Secretarios de estado y parlamentarios quedan afuera de la prohibición de participación en actividades político-partidarias que recae sobre jueces, miembros de los tribunales de Cuentas y Contencioso-Administrativo, directores de entes autónomos, militares en actividad y policías. Quienes ocupan estos cargos no pueden participar de clubes políticos, utilizar su nombre, ni incurrir en ningún otro tipo de acto político, con excepción del voto (de hecho, hay una denuncia en contra del Presidente del Directorio de Ancap, Raúl Sendic, por su participación en un evento de apoyo a Mujica durante el mes de marzo).
Entonces, los ministros sí pueden hacer campaña política, porque no hay una prohibición constitucional. Los secretarios de estado participan en los eventos de campaña; en los últimos días se ha visto a los ministros Daniel Martínez y Álvaro García en spots publicitarios en apoyo a la candidatura de Astori.
Una cuestión distinta es si, pese a la no prohibición, los ministros deberían hacer campaña. Hay quienes dicen que sí, porque son actores político-partidarios al igual que los legisladores. Los que se oponen argumentan que la tarea de conducir una secretaría de estado implica demasiada responsabilidad como para que sus titulares se "distraigan" en actividades proselitistas. Desde una visión más estratégica, se teme que la exposición pública de algunos ministros perjudique la buena imagen del gobierno. Cualquiera sea su motivación, el presidente Vázquez está en contra de la participación de los ministros en la campaña, y ha solicitado a aquellos que piensen participar que renuncien tras las elecciones internas.
El País Digital

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