domingo, 2 de agosto de 2009

AUTOESTIMA

Comportamiento
Autoestima sana o destructiva
La autovaloración empieza a construirse el día que se nace con las imágenes de sí mismos que los padres devuelven a sus hijos. La psicoterapia ayuda a mejorarla.


CATERINA NOTARGIOVANNI

Espejito, espejito: ¿Me presento a esa entrevista de trabajo? ¿Le confieso que me gusta? ¿Le gustaré? ¿Me dará la cabeza para hacer esa carrera? ¿Soy tan inservible como dice mi madre? Distintas elucubraciones, misma incertidumbre: ¿Qué tan bueno soy para…?

Detrás de las dudas -impulsando o frenando según el caso- se ubica ese espejito sin vidrio ni marco conocido como la autoestima. De la imagen que allí se refleje dependerá, en buena medida, el futuro personal.

La estima por uno mismo se define como la habilidad de reconocer con relativa objetividad tanto capacidades como limitaciones propias. A simple vista parece sencillo, pero basta hurgar un poco en el interior de cualquier ser humano para comprobar que las imágenes que devuelve ese espejo pueden estar cargadas de contradicciones.

Tal vez haya que buscar las causas de este fenómeno en el hecho de que la autoestima se comienza a construir el día en que se nace, en función de la mirada de los otros. De hecho, son los padres quienes dibujan los primeros trazos de esa imagen, seguidos por maestras, compañeros de clase u otras figuras trascendentes en la vida del niño.

Por eso se debe ser cuidadoso con ciertas valoraciones cuando se juzga la conducta infantil. Comentarios como "bueno para nada", "cabeza dura", "terco", "malo"; o calificativos como "petiso", "narigón", "gordita" pueden quedar fijados como huellas indelebles en la autovaloración del sujeto porque atribuyen cierta condición que se vuelve "inherente" e "indisociable de la persona", explica el psiquiatra de niños y adolescentes Miguel Ángel Cherro.

Por eso propone alternativas al "cabeza dura", por ejemplo: "En realidad debiéramos decir creo que no estás entendiendo esto, veamos si viéndolo de otro modo te resulta más fácil o me parece que no estás pudiendo oír las razones que te doy o en esta oportunidad no comparto tu conducta", ilustra. "Al decirlo de ese modo no se trata de una cuestión de esencia sino algo transitorio, pasible de cambio. El otro modo de decir las cosas, consolida, cristaliza", agrega el experto. Es entonces cuando se puede comprometer el futuro.

La psicoanalista Ana Grynbaum va un poco más allá e indica que las personas ven ciertas posibilidades y ciertas restricciones según la imagen que tengan de sí mismas: "En función de esa imagen uno actúa. Por tanto, uno apunta a las cosas que va a poder lograr, y si cree que no va a poder, no las hace", señala la especialista, quien desarrolla su función en liceos públicos. "En la educación es bastante habitual ver gente que está convencida de que es incapaz de aprender", ilustra.

Yo soy yo. Uno de los exámenes más difícil al que se somete la autoestima es una entrevista de trabajo. Hay tres indicios que hablan de la autovaloración de un candidato: la vestimenta y el cuidado de su imagen, la capacidad de establecer un diálogo fluido con el entrevistador sin necesidad de sacarle palabra por palabra, y el tiempo que lleva buscando trabajo, explica el contador Daniel Charlone, presidente de la Cámara Uruguaya de Seleccionadores de Personal y director de Work Office. La experiencia le indica a Charlone que en una primera impresión, entre el 20% y 25% de los candidatos enfrentan la entrevista con la autoestima baja.

Para ciertos cargos, como el de vendedor, la autovaloración es relevante. Sin embargo, no es lo más importante: "La autoestima ayuda, pero después tienen que demostrar si está preparado para el cargo", dice.

En otras tiendas, los actores deben ser de los pocos profesionales autorizados (y obligados) a no ser ellos mismos para desempeñar su tarea. Los niveles de autoestima, por tanto, quedan postergados por una cualidad mayor: "ser" el personaje.

Claro, sin confianza -hija de la autoestima- no es posible tampoco convertirse en otro. Por eso los formadores de artistas utilizan distintas técnicas basadas en estimular la capacidad de riesgo de la persona. Así es posible que una actriz que está a disgusto con su cuerpo haga el desnudo que le indica el guión sin pensar en que se le está viendo la celulitis. "Si está demasiado preocupado por el afuera, no es actor", explica Ricardo Beiro, director de la Escuela del Actor.

Ahora, tener una autoestima saludable no significa, enfatiza Cherro, creerse "Gardel" o capaz de todo. En realidad, este tipo de conductas denotan una ausencia total de autocrítica y un débil sentido de la realidad, que es lo que les permite ubicarse en el terreno de lo posible. Justamente, autocrítica y sentido de la realidad son dos características que definen a la autoestima, señala el experto.

Está bien, en definitiva hay que agradecerle a los padres y referentes la autoestima con la que se convive. Ahora, ¿puede un adulto moldear la imagen de sí mismo sin necesidad de la mirada de los demás?

"Creo que no", dice la psicoanalista Ana Grynbaum. "A lo que uno llega en la vida es a poder elegir con qué personas se vincula. Eso de chicos no es tan fácil porque estás en la familia que te tocó, tenés los compañeros de clase que te tocaron. Una de las cosas buenas que tiene el ser adulto, a diferencia de los niños, es la posibilidad de elección", reflexiona.

La psicoterapia psicoanalítica es, en opinión de Cherro, una excelente herramienta para mejorar el amor por uno mismo.

Belleza subjetiva. En una cultura preocupadísima por el "cómo me veo", la autoestima juega un rol fundamental porque ayuda (o no) a lidiar y aceptar aspectos personales que pueden ser negativos para las costumbres sociales.

"Si soy petiso, cosa que no puedo cambiar, debo aceptar esa diferencia con respecto a la media porque de lo contrario vivo atormentado por un complejo de inferioridad", explica. Para superar eso y aceptarse es crucial el modo en que los padres y la familia han hecho sentir al niño y los modelos que transmiten. "Todo reside en qué lugar pongamos el valor de las cosas, si valgo por lo que soy o por lo que parezco, si valgo por lo que soy o por lo que tengo", enfatiza Cherro.

Cómo se quiebra uno mismo
En Internet pululan los sitios que tienen a la autoestima como protagonista. De hecho aparecen casi tres millones de páginas que definen el concepto. También la literatura de autoayuda ha hecho de la autovaloración una bandera para superar obstáculos y alcanzar la felicidad. Aquí también las posibilidades son abundantes.

De entre todo ese material, se destaca una selección de "cómo se destruye la autoestima" que presenta la psicóloga española Aída Herrera:

1) Cuando nos rechazan o hacen caso omiso de nosotros, especialmente las personas a las que amamos, queremos o respetamos.

2) Cuando somos humillados o criticados injustamente, sobre todo en situaciones en que nos resulta difícil defendernos (por ejemplo: el jefe en el trabajo, un amigo en una fiesta, el abogado en un juicio…).

3) Si no recibimos elogios o una compensación económica justa por nuestro trabajo, en particular cuando tenemos la impresión de estar rodeados de personas ociosas y prósperas.

4) Cuando cometemos errores, en particular si creemos que podríamos haberlos evitado.

5) Cuando realizamos un trabajo aburrido y repetitivo y si sabemos que podría hacerlo un simple robot.

6) Cuando perdemos un examen, sobre todo si todas las personas que nos rodean parecen ser capaces de aprobarlos.

7) Cuando vamos a comprar ropa y nada nos sienta bien, especialmente cuando parece que estamos rodeados de compradoras y vendedoras que parecen que acaban de salir de una revista.

"Paradigma nefasto"
Los parámetros de belleza física de la cultura occidental no colaboran en el desarrollo de una autoestima saludable. El posicionamiento que tenga la familia antes estos modelos también se transmiten a los hijos y repercuten en la autoestima: "Si apruebo en lugar de rechazar decididamente que en un lamentable programa de televisión un jurado de adultos le diga a una niña de siete años que debió tener una pose más sexy o que estuvo muy sensual, estoy admitiendo un paradigma absolutamente nefasto porque le estoy introduciendo al niño un modo de vivir la sexualidad que no corresponde en absoluto con la edad que tiene, pero además se lo estoy transmitiendo con un sesgo que de ninguna manera representa el modo natural y saludable de experimentar y vivenciar la sexualidad", señala el psiquiatra Miguel Ángel Cherro en referencia a Bailando Kids, programa que fue levantado.

Una encuesta publicada en 2007 por Equipos-Mori a pedido de la marca Dove indicó que más de la mitad de las mujeres uruguayas (54%) adultas no tienen una alta autoestima.

Fuente: EL PAIS

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