jueves, 2 de abril de 2009

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Jueves Salud

Madurar no es igual a envejecer

Hay personas que envejecen sin haber madurado. La capacidad de madurar retarda el envejecimiento.

Eduardo Casanova

El proceso de envejecimiento comporta cierto grado de deterioro biológico, psíquico y social, pero la maduración, si bien se asocia al paso de los años, comporta un perfeccionamiento, y puede decirse que mientras se madura, no se envejece. Envejecer no es madurar.

Prueba de ello es que algunos envejecen precozmente, mientras otros se hacen adultos sin haber madurado. Puede comprobarse, que incluso a edades avanzadas, hay quienes se mantienen jóvenes y activos, y otros envejecen inactivos.

Parecería que la actividad, la capacidad de cambio, se relaciona con la juventud, en tanto la inactividad acelera el deterioro psico-físico. Autores como Monge analizaron este proceso, llegando a la conclusión que en esa actividad mantenida resultaba fundamental la capacidad para adquirir y transmitir conocimiento. Alguien que se mantiene abierto a adquirir nuevos conocimientos y a transmitirlos, es capaz de seguir madurando, y ello retarda su envejecimiento.

Sobre esta premisa se funda la política de algu-nos países europeos, que promueven la incorporación de su población mayor a la educación de sus jóvenes.

Respecto a la edad crítica de maduración se cree que la mayor estabilidad y autonomía obtenida luego de la adolescencia, alcanza la llamada "crisis de los 30 años" en que los ideales se confrontan con la realidad vivida, aunque con una mayor capacidad crítica, asentada sobre principios morales y sociales que evita enfrentar la autoridad y las reglas preestablecidas.

La "crisis de los 40" afecta más a la mujer, pues el climaterio agrega factores biológicos, pero comparte con el hombre similares factores psicológicos.

Ambos sienten el peso emocional de percibirse en la meseta del desarrollo, sabiendo que no tendrán nuevas oportunidades para experimentar lo que no hayan vivido. Pero su conducta se encuentra moderada sobre juicios más ponderados y serenos, fundados sobre la experiencia.

La personalidad madura como resultado de adecuar el psiquismo al entorno socio-cultural. Precisamente, es en ese proceso que el envejecimiento aparece como una detención, que no se presenta en forma abrupta, sino progresiva.

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José Mazzini 2957

La capacidad de proyectarse.

La maduración no consiste sólo en la experiencia de las vicisitudes vividas, sino en la capacidad de proyectarse al futuro, transmitiendo estas experiencias a otros para que mejoren la calidad de sus respuestas. También en la capacidad de interpretar y transmitir los ideales y valores.

Períodos de maduración.

Se distinguen: a) etapa prepuberal, de 10 a 14 años; b) pubertad, 13 a 16; c) crisis juvenil 15 a 17; d) adolescencia, 16 a los 20; e) edad adulta temprana 20 a 32; f) edad adulta media, 30 a 44; g) edad adulta tardía 42 a 58; h) tercera edad, 65 a 75; i) cuarta edad, a partir de los 75 y 80 años.

Un proceso diferente en cada persona.

En la "tercera edad" (65) comienza un lento declinar físico e intelectual que culmina con el envejecimiento. En la realidad, es posible que el envejecimiento se alcance antes o después de esa edad, según el proceso madurativo de la personalidad, que es diferente en cada persona.

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